El juego y el movimiento son actividades fundamentales para el desarrollo sensoriomotor. Según el psicólogo J. Piaget, en los primeros años de vida adquiere una gran importancia la actividad motriz, ya que el aprendizaje y la inteligencia se producen a través de dichos movimientos. Además, el movimiento proporciona distracción y diversión a los niños, mientras que se estimula y mejorar otras áreas del desarrollo como: cognitivo, social y emocional.
Actividades cotidianas ayudan a mejorar este desarrollo sensoriomotor: gatear, correr, subir y bajar escaleras, saltar, alcanzar objetos altos, bailar, etc.
En la clase amarilla realizamos actividades orientadas a fomentar esta psicomotricidad.
- Con aros los niños pueden saltan, con dos piernas o a la pata coja.
- Los pañuelos invitan al movimiento, que junto con la música, les da libertad para explorar el espacio que les rodea.
- Jugando con el paracaídas los niños se mueven arriba y abajo; les encanta esconderse dentro y buscar a sus compañeros.
- Las cuerdas las agarramos fuerte, las movemos como si fueran serpientes y saltamos de un lado al otro.
- En el patio tenemos libertad de movimiento, podemos tirarnos por el tobogán o hacer una carrera de motos.
- Con la música además de cantar, bailamos y seguimos el ritmo.
- ¡Y muchas actividades más en las que los niños aprenden, disfrutan y ríen!



